Los menores deben caminar 40 minutos desde su casa para abordar el camión que los lleve a la escuela, pese a los bajos recursos no desisten en sus sueños de convertirse en profesionistas.
Por Claudia Beltrán
Ciudad de México, 23 de mayo (Noroeste/SinEmbargo).– El ruido del motor de una camioneta hace que la familia de los hermanos Naydelin, de 14 años de edad y Juan, que estudia quinto de primaria, salga de su casa. Al niño Juan se le dice hay una sorpresa para él, el menor sonríe, ansía saber qué es. Al acercarse al vehículo descubre que se trata de una bicicleta que le facilitará ir a la escuela, pues para ello diariamente ambos gastan 40 minutos para subir y bajar dos cerros en Culiacán, Sinaloa.
El pasado 19 de mayo Noroeste publicó la historia de Naydelin, que estudia primero de secundaria y su hermano Juan. El sueño de ella es ser arquitecta y el de él, empresario. Para estudiar, en medio de altas temperaturas y una especie de desierto, tienen que caminar hasta la parada del camión que los lleva a sus escuelas.
La bicicleta para Juan la envió una lectora de Noroeste desde el estado de Durango. Olga, la madre con otra pequeñita hija en sus brazos y Juan, agradecen el apoyo de la señora que envió la bicicleta a su hijo, sí como otras cosas importantes que han recibido de la gente.
Juan, el padre, destaca que en Culiacán hay gente buena, solidaria, y sólo le corresponde agradecer el apoyo para sus hijos que con esfuerzo y sacrificio van a la escuela.
La lectora de Durango leyó la nota y la compartió con una amiga. Su hija también leyó la historia y la compartió con una maestra de Monterrey. Varias personas cooperaron para que Juan pudiera tener la bicicleta que utilizará para reducir tiempos en su trayecto a la escuela.
El día que se publicó la historia un lector fue hasta la casa de los niños donde entregó despensas, ropa para la niña, zapatos y una mochila a Juan, que ya estrenó.
El lector, acompañado de familia, habló con los padres y niños, quienes le mostraron todo lo que tienen que caminar para salir de su colonia y asistir a la escuela.
Otro lector llamó desde Nueva York, Estados Unidos y depositó a los padres de Naydelin y Juan, 800 pesos, dinero que se utilizará para la escuela de los niños, dijo Juan, el papá.
Unos tenis para Naydelin fueron dejados junto con la bicicleta para Juan.